Uno de los principales objetivos de la gestión financiera es evaluar el desempeño de una empresa y su capacidad para generar ganancias a lo largo del tiempo. Para lograr esto, es necesario analizar de manera detallada los estados financieros de la compañía. Entre los métodos más comunes de análisis de estados financieros destacan el análisis comparativo y el análisis por ratios.
El análisis comparativo se basa en la comparación de los estados financieros de una empresa en diferentes períodos de tiempo o con otras empresas pertenecientes al mismo sector. Este método permite identificar las tendencias y cambios en el desempeño financiero de la compañía, así como su posición competitiva en el mercado. Algunos de los indicadores que se pueden analizar mediante este método son:
Para llevar a cabo un análisis comparativo, se pueden utilizar herramientas como el análisis vertical y el análisis horizontal. El análisis vertical compara diferentes elementos de un estado financiero con el total de ese mismo estado financiero. Por su parte, el análisis horizontal compara diferentes períodos de tiempo del mismo estado financiero.
El análisis por ratios implica el uso de diferentes ratios financieros para analizar diferentes aspectos del desempeño financiero de una empresa. Estos ratios se basan en la relación entre diferentes variables del estado financiero, lo que permite entender mejor la salud financiera de la empresa. A continuación, se presentan algunos de los ratios financieros más comunes:
Estos ratios miden la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones a corto plazo. Algunos de los ratios de liquidez más comunes son el ratio de liquidez corriente, el ratio rápido y el ratio de tesorería. El ratio de liquidez corriente se calcula al dividir los activos corrientes entre los pasivos corrientes, mientras que el ratio rápido se calcula al dividir los activos corrientes menos los inventarios entre los pasivos corrientes. El ratio de tesorería, por su parte, se calcula al dividir el efectivo y los equivalentes de efectivo entre los gastos corrientes.
Estos ratios miden la capacidad de la empresa para generar ganancias a partir de sus operaciones. Algunos de los ratios de rentabilidad más comunes son el retorno sobre los activos (ROA), el retorno sobre el patrimonio (ROE) y el margen de beneficio. El ROA se calcula al dividir el beneficio neto entre los activos totales, mientras que el ROE se calcula al dividir el beneficio neto entre el patrimonio. El margen de beneficio se calcula al dividir el beneficio neto entre las ventas.
Estos ratios miden el nivel de endeudamiento de la empresa y su capacidad para cumplir con sus obligaciones a largo plazo. Algunos de los ratios de endeudamiento más comunes son el ratio de endeudamiento, el ratio de cobertura de intereses y el ratio de endeudamiento a largo plazo. El ratio de endeudamiento se calcula al dividir el pasivo total entre el patrimonio, mientras que el ratio de cobertura de intereses se calcula al dividir el beneficio antes de intereses e impuestos entre los gastos por intereses. El ratio de endeudamiento a largo plazo se calcula al dividir el pasivo a largo plazo entre el patrimonio.
El análisis de estados financieros es fundamental para comprender el desempeño financiero de una empresa y su capacidad para generar ganancias. Los métodos de análisis comparativo y por ratios son herramientas valiosas que permiten a los gestores financieros obtener insights importantes para tomar decisiones estratégicas. En cualquier caso, es importante tener en cuenta que el análisis financiero no es una tarea fácil y requiere de tiempo y habilidades especializadas para interpretar y utilizar los datos obtenidos de manera correcta.